miércoles, 25 de marzo de 2015

Criando (como podemos) a la Cachorrina

Últimamente, con esto de que la Cachorrina está empezando a mostrar su carácter en todo su esplendor y ya no sólo vale darle mimos y achuchones las 24 horas, si no que entre mimo y achuchón hay que tratar de enseñarle a convertirse en una persona de bien; estoy intentando informarme sobre cómo enfrentarnos a la ardua tarea de educar.

Lo cierto es que, como en todo en esto de la crianza, cada maestrillo tiene su librillo, y hay opiniones para todos los gustos: que si hay que educar desde el diálogo, que si castigando las malas conductas, que si únicamente premiando las buenas, que si hay que ser autoritario para que no te salgan hijos endebles, que si hay que comerlos a besos aunque hayan metido el ipad en la lavadora, que si hay que hacer cuadrantes de objetivos y recompensas con pegatinas de caritas felices y tristes, que si un cachete en el culo es necesario en determinadas ocasiones, que si hay que cuidar cada palabra que se les dice para que siempre se sientan valorados, que si los padres blandengues de hoy en día crían hijos tiranos, que si hay que dejarles que experimenten y se den los golpes que sean necesarios y se saquen las castañas del fuego, que si hay que guiarles y ayudarles todo lo posible porque están desprotegidos... Un follón, oiga.

No sé si debe complicarse tanto la cosa y teorizar mucho, porque nuestros padres no contrastaban tanta metodología y su único fin era conseguir que, mal que bien, saliéramos adelante; y lo hicimos. Y ellos hacían lo que sabían y/o podían (como cualquier padre/madre de hoy en día, no nos engañemos), y creo que la gran mayoría de nosotros somos adultos “normales” con nuestras alegrías y nuestros problemas, con capacidad de amar y ser amados y que no dejamos de sentirnos queridos por nuestros padres y de sentir gratitud por lo que han hecho por nosotros hasta llegar aquí. Y eso, ni más ni menos, es lo que quiero para la Cachorrina: educar con cariño y con sentido común.

No quiero que dude ni un segundo de que sus padres la quieren y van a estar a su lado siempre que lo necesite, pero tampoco quiero sobreprotegerla y que se sienta insegura porque piensa que nos necesita para todo y que ella no puede defenderse sola; ni consentirla, y que se piense que puede hacer siempre lo que le da la gana. Por eso básicamente intentaré usar la lógica y el instinto para reaccionar ante ella, corregir situaciones que no quiero que se repitan y fomentar las que sí.

Y esas reacciones naturales y espontáneas en el Cangués y en mí son:

-Aplaudir sus logros y progresos, para animarla a seguir experimentando.
-Ayudarla a levantarse y consolarla cuando se pega un morrazo de campeonato.
-Quitar importancia y dejar que se levante sola cuando son caídas o tropiezos sin peligro.
-Ponernos serios y decirle que NO de forma contundente cuando algo no puede ser, aunque llore como una Magdalena. Si no puede ser, no puede ser y punto.
-En mi caso, jurar en arameo antiguo y cagarme en todo lo que se menea, cuando la nena desafía el NO contundente y sigue haciendo lo que le da la gana.
-Comerla a besos, jugar, recordarle que la queremos y lo guapa que está cienes y cienes de veces al día, que no se diga que en esta casa no hay amor del bueno.
-Nunca, jamás, decirle que es mala. Los niños están aprendiendo lo que está bien, lo que está menos bien, lo que pueden o deben hacer y lo que no, así que no me gusta nada cuando se les dice a los niños que son malos; y además me parece peligroso porque pueden terminar creyéndolo.

Y cosas en las que me gustaría mejorar:

-Ser más racional con ella, -aunque no sé si se puede, que en plena rabieta, ponte tú a dialogar-, y tratar de explicarle las consecuencias de sus actos, para que pueda escoger hacerlas o no, o para que entienda que cuando le decimos que no puede hacer, coger, chupar o jugar con algo, es por una buena razón (aunque cuando juro en arameo es muy difícil pensar en todo ésto).
-Aprender a manejar las “perretas” que tiene cuando no le dejas hacer algo, para que cada vez recurra menos a ellas y así evitar que las siga teniendo a los 20 años y terminemos con García Aguado en Hermano Mayor.

Imagen vía Pinterest.

Me encantaría, mamis, papis y educadores/as del mundo, que me aportarais vuestros mejores consejos, para convertir a la Cachorrina en una niña feliz, pero sin asilvestrar.

¡Hasta el próximo post!

6 comentarios:

  1. Lo mejor para educar a nuestros peques es hacerlo en valores, educación y respeto. Y sobretodo, necesitan mucho mucho mucho amor!!!

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  2. Pues yo creo que lo estáis haciendo de maravilla,con mucho sentido comun,lo principal es que se sientan queridos,poner limites pero sin ser autoritarios,yo lo que hago que es aprender sobre la marcha y a veces cagarme en todo pero por dentro cuando hace alguna trastada jajaja; es una tarea difícil esto de educar ainss
    Besos

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  3. Yo también creo que lo que planteas (que básicamente es educar con amor y sentido común) es lo más adecuado. Si hay que premiar, se premia. Si hay que alentar, se alenta..., pero igualmente, si hay que regañar y corregir, que sea contundente el NO, porque es la única manera de que entienda que algo está mal. Nosotros procuramos hacerlo así con la peque y en nuestro deseo sólo tenemos que sea una persona de bien cuyos padres la han educado y criado de la mejor forma que han creído.

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  4. la mamá de Álvaro27 de marzo de 2015, 18:07

    Con las rabietas yobte recomiendo paciencia, es una fase y tarde o temprano pasa. Seguro que lo estáis haciendo genial y al final no es tan asilvestrada como te imaginas ;)
    Un beso enorme

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  5. anda que seguro que es muy buena! jeje lo importante en la crianza, yo creo, es que lo hagais como vosotros hayais elegido y no como os digan. Esa cachorrina saldrá muy bien! besus

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  6. Tú lo has dicho "sentido común". Está genial informarse de todo y contrastar opiniones. Con unos niños funciona una cosa y con otros otra, lo bueno es tener herramientas y conocer métodos. Pero lo más importante es que os encontréis agusto con la forma de educar que escojais y que no os obcequéis con un método sino que los mezcléis a vuestro antojo. Como tú dices, nuestros padres no tenían tanta información y aquí estamos todos.
    Seguro que lo estáis haciendo estupendamente y si no os gusta el resultado siempre estamos a tiempo de cambiarlo, para la educación nunca es tarde (mira a los de hermano mayor lo grandes que son).
    Mucho ánimo guapa,

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