martes, 18 de febrero de 2014

El primer corte de pelo de la cachorrina

En nuestra última revisión con el pediatra, la de los 6 meses, la buena mujer me recomendó muy sutilmente que le cortara el pelo a la cachorrina al ver la pinta de Tita Cervera en versión mini que era la nena.

Lo cierto es que la peque nació con una mata de pelo tremenda, herencia de su madre, y, en contra de lo que nos decía todo el mundo, no se le cayó ni un sólo pelo; pero ni uno. Y en los primeros seis meses de vida, esos rizos indomables de la cachorrina no hicieron otra cosa que crecer y darle una pinta muy graciosa de loca de la colina. Más de una vez habíamos pensado en la opción de cortárselo, pero no sabíamos cómo hacerlo, ni nos atrevíamos, así que ibamos dejando pasar las semanas viendo felices como se nos asilvestraba la nena. Y la veíamos tan guapa, oiga. Pero la insinuación de la pediatra -"yo le cortaría ESE pelo"- y el hecho de que tuviéramos una pequeña rastafari, porque en la zona de la nuca se le estaban formando tucos la mar de malos de peinar, hizo que nos decidiéramos por preguntar por alguien que se lo cortara (que yo bastante tengo con cortarle las garras de manos y pies).

Yo había oído que a los bebés les solían pasar la máquina, pero la peluquera a la que vamos mi madre y yo (sobre todo ella, que todo hay que decirlo) dijo que se lo cortarían con tijera y allá que fuimos. Y tan divinamente. La peque se portó de maravilla: se dejó hacer mientras vigilaba por el espejo o intentaba hacerse con los botes de laca que se le ponían a tiro y en menos de 10 minutos estrenaba nuevo look. Y parecía otra. Hasta cara de buena se le puso, oye. ¡Menuda alegría descubrir que la nena tiene nuca! (Ideal para hacer pedorretas.)

 No me digáis que no está guapisísima, porfavó...

Así que a partir de ahora, en vista de los buenos resultados, intentaremos que la cachorrina parezca una niña de bien y no que la recogimos en cautividad allá en las montañas.

Por cierto, que la peluquera nos dijo que era bueno para el pelo de los bebés cortarlo tres veces antes del año, para que crezca fuerte y sano.

Y vosotr@s, ¿qué hacéis con el pelo de vuestr@s retoños?

Hasta el próximo post :)


viernes, 14 de febrero de 2014

Ideas Deco: Estantería expositora de cuentos

Me gustan los libros. Me encantan. Y las librerías, y abrir un libro nuevo y pasar sus páginas, y olerlos, y regalarlos, y que me los regalen... Desde que era muy pequeña siempre he sido una lectora empedernida: devoraba cuentos en el cole que sacaba de la biblioteca, que leía y releía aunque ya hubieran pasado por mis manos; toda mi vida necesité mi ratito de lectura en la cama antes de dormirme y  en la mesita de noche siempre tenía una pila de libros que iba leyendo a la vez -aunque esto del embarazo, con mi sueño infinito, y la maternidad, con agotamiento y falta de tiempo, hagan que los libros me duren eternamente y que lea a duras penas unas pocas páginas cabeceando de mala manera-.

Por eso, me encantaría que la cachorrina también disfrutara de los cuentos, que le cogiera gusto a la lectura, que me parece importantísima, y poder regalarle y compartir con ella historias fantásticas y maravillosas que la enganchen y hagan de ella una futura gran lectora. 

Y como hoy en día los cuentos infantiles, no sólo son estupendos para leer con los peques, sino que son en muchos casos una auténtica monisitez, bien merecen un rincón en la habitación de nuestros cachorros en la que además de  estar ordenados puedan resultar decorativos. Por eso me parece una opción genial ponerlos en una estantería para colocar cuadros, y para ejemplo un botón: 










No me digáis... ¡no me puede gustar más!

Si os interesa, creo que en casi todas las fotos la estantería en cuestión es el modelo Ribba de IKEA, que lo hay en dos tamaños y tres colores (blanco, negro y madera), y que su precio no llega a los 10 euros. ¡¡Una Idea Deco anticrisis!!

Debo decir que la idea la saqué del blog NeutralDecor, de mi amiga Ángela, que se dedica al diseño de interiores, y que tiene un gusto maravilloso, con muchas ideas geniales para la casa que comparte todas las semanas (yo estoy tomando buena nota para mi nuevo hogar). Y si estáis interesad@s en su trabajo, también podéis visitar su web.

¡¡Feliz fin de semana!!

lunes, 10 de febrero de 2014

El chupete

Últimamente existe bastante controversia en cuanto a la conveniencia o necesidad del uso del chupete por parte de nuestros bebés. Hay quien lo sigue defendiendo a ultranza y quienes lo demonizan porque se trata de un sustitutivo del pezón, que puede confundir y entorpecer la lactancia materna y, además, porque se cree que será la causa de futuros problemas dentales.

Sin embargo, también encontramos bondades del chupete  como que calma a los peques cuando están nerviosos o lloran, tiene efecto analgésico contra el dolor o el sufrimiento ese infinito que parece que tienen los bebés cuando están disgustados y les sirve de entretenimiento en muchos casos.

Pienso que el uso del chupete depende del niño, que hay que observarlos y ver si les hace falta o no, porque no todos lo necesitan. Hay niños que nunca sienten la necesidad de succionar para relajarse, pero hay otros muchos que sí. Y como prueba está que cuando no tienen chupo o teta, se pasan la mayor parte del día chupándose con ganas las manos o los dedos; e incluso hay niños que no quieren el chupo porque no les gusta la tetina y, sin embargo, se chupan el dedo hasta bien mayores (el dedo no se les puede quitar a los dos años, claro). Por tanto, opino que el uso del chupete es bueno si el niño lo quiere y le ayuda a tranquilizarse, y que no es necesario ni se debe tratar de imponerlo si lo rechazan.

Mi experiencia con el chupete es más que positiva por el momento -que habrá que ver cuando queramos quitárselo- y en el caso de la cachorrina sólo nos hemos encontrado con los pros, y con ningún contra, porque, le encanta como juguete -y se dedica a ponerlo y quitarlo que da gusto y a morderlo por todas partes-, y de confundirlo con el pezón, nanai de la china, que tontos no son, y si no da, no da...



Durante el primer mes de vida de la nena no lo utilizamos, por un lado, porque yo había leído que era mejor esperar a ofrecérselo a que la lactancia materna estuviera bien establecida, y por otro, porque ella no quería saber nada de él y alguna vez que alguien se lo ofreció en esas primeras semanas, lo rechazaba tajantemente.

Yo ya pensaba que no nos harían falta chupetes y que la cachorrina no sería del tipo de bebés que necesitan estar succionando la mayor parte del día para sentirse tranquilos y seguros, peeeero pocos días antes de cumplir su primer mes de vida se pegó una llorera tremenda cuando estábamos a punto de llegar a casa, sin lugar donde parar para calmarla ni canciones infantiles o juguetes bastantes para llamar su atención, así que saqué el chupo que llevaba de emergencia en el bolso de la silla, por si un día hacía falta y... tachán!! Magia. Dejó de llorar, se tranquilizó y se quedó frita hasta que llegamos a casa. Y desde ese día todo ha sido amor por el invento, oiga (suyo y nuestro). 

Debo decir que ella es muy lista y sabe cuándo lo quiere y cuándo no. Si hay hambre, no. Ni de broma. Si quiere teta, quiere teta, y te escupe el chupo sin miramientos como intentes darle gato por liebre. De hecho ahora tiene mucha práctica y lo escupe a un kilómetro de distancia para que encima tengas que ir a por él y hacer unas sentadillas recogiéndolo del suelo. Así que lo de confundirlo con la teta, pues mireusté, eso no pasa. Y el resto del tiempo pues lo mismo, a veces lo quiere y a veces no: si está tranquila y distraída nunca se lo damos, sólo cuando se pone nerviosa, y la calma al momento. También lo utiliza para dormirse, pero en cuanto tiene el sueño cogido también lo escupe y duerme sin él.

En cuanto a la higiene del chupete, debo decir que no somos estrictos, en absoluto, los esterilizo antes del primer uso y después los lavo con agua y listo, porque total, ello lo pone y lo quita después de restregárselo por todas partes, así que es tontería ponerse muy escrupuloso y pulcro con el tema. De hecho, aunque llevo dos o tres chupetes de repuesto, lo normal es que recurramos al ancestral método de "mamá o papá lo chupa primero a ver si tiene algo malo malísimo" para limpiarlo. Y qué queréis que os diga... no he comido más pelusas en toda mi vida, pero creo que es un sistema práctico, rápido y eficaz para que la nena tenga el chupete medio limpio después de que se cayera por la silla o por casa (si se cae al suelo por ahí, saco el de repuesto, que tampoco queremos coger la triquinosis el Cangués y una servidora). Además leí éste artículo (publicado en varios periódicos) en el que dicen que es bueno para el bebé hacerlo porque refuerza su sistema inmunitario y ayuda a prevenir asma y alergias, toma ya. Y debo decir que en sus seis meses y medio de vida, la cachorrina no ha tenido ni un triste catarro.

Lo que no sabemos es qué nos deparará el futuro con este tema, si nos costará la salud y esperanza de vida el día que se lo queramos quitar, o si efectivamente nos tendremos que dejar los euros en aparatos de dientes, en lugar de en vacaciones en paraísos terrenales, pero de momento a todos nos gusta y a todos nos regala grandes momentos de paz interior, que todo hay que decirlo.

Y vosotr@s, ¿qué experiencia tenéis con el chupete? ¿Chupo sí o chupo no? ¿También lo chupáis para limpiarlo? 

Feliz lunes!!

miércoles, 5 de febrero de 2014

Y ya van 6

Ayer tuvimos la revisión de los 6 meses con la cachorrina, -con una semana de retraso por nuevos viajes y mudanzas que nos tienen locos y sin saber ya ni dónde estamos, pero ese es otro tema-, y en ella nos dijeron que la nena sigue fuerte como un toro, que mide 67 cm (percentil 75) y pesa 7,9 kg (percentil 50). Esto quiere decir que sigue siendo alta pero que está estilizando la mujer, que ha bajado un percentil de peso y ha perdido papada. ¡Tipo fino!

Al poco de cumplir 5 meses la pasamos del capazo a la silla y desde el minuto uno la adoró, y de hecho la estrenó durmiendo plácidamente una siesta de 2 horas que nunca había dormido en el capazo, dejando claro su nuevo amor incondicional por la amplitud, vistas y saco acolchado de su nuevo trono rodante. Supongo que, en parte gracias a ir en la silla, y en parte a sus ejercicios gimnásticos en el suelo, ya se aguanta perfectamente sentada y cuando está boca abajo se sostiene sobre las manos y hace amagos de querer levantar el culo (pompis que diría mi abuela, que quería hacer de mí una chica fina), por lo que no veo muy lejano el momento en que pueda ponerse a cuatro patas e intentar gatear. Además, con una mano se basta para sujetarse mientras con la otra investiga qué puede llevarse a la boca.

Con los juguetes es una pasada lo que avanza, porque ya los agarra mucho mejor y los maneja a su antojo y va mostrando ya claramente cuáles son sus preferidos. El mejor descubrimiento de este último mes ha sido un columpio saltador que le encanta y en el que es capaz de estar entretenida sola ratos largos.


También este mes ha empezado a mostar verdadero interés por los dibujos animados y a establecer cuáles le gustan más y cuáles menos. Entre sus preferidos: Pocoyó (éste casi me gusta más a mí que a ella), Peppa Pig, Tickety Tock y Dora la Exploradora. Lo de Dora es locura, no sabemos por qué, pero en cuanto ella hace acto de presencia en pantalla, la cachorrina se ríe y patalea como si fuera su muy mejor amiga en el mundo, cosa que no hace con el resto de personajes. Y mira que Dora y yo estamos teniendo una relación amor-odio que no sé yo...

Con el tema dientes estamos estancados, parece que tiene síntomas desde que nació, de morder, babarse y demás, pero no acaban de dejarse ver, así que seguimos esperando.

La alimentación fundamental durante el último mes volvió a ser la lactancia materna exclusiva, aunque una semana antes de cumplir 6 meses comenzamos a darle a probar frutas de una en una, un día manzana, otro plátano, otro pera, y así hasta que empezamos a mezclarlas y hacerle papillas que le chiflan. ¡Sobre todo si lleva plátano! Aunque la alegría que nos llevamos al ver que le gusta la fruta y se la come que es un primor, duró poco porque ahora lo que hago es frotar manchas de fruta que no se van. NUNCA. CON NADA. Porque la cachorrina no sabe comer sin intentar tirar el plato al suelo, sin hacer pedorretas y escupírnosla a la cara, sin meter las manos en la papilla y restregársela por la ropa, o peor, por la mía, por el pelo, las orejas, las pestañas, las córneas... En fin, un sinvivir muy sucio que hace que una se plantee la higiene, orden y limpieza de la lactancia exclusiva hasta que la nena sepa hacer raíces cuadradas  Y ésto sólo acaba de empezar... ¡ay!

Las noches siguen igual. Hace mucho sueño... y no digo más para no hacer sangre con el asunto. ;)

¡Seguid tan guap@s!