jueves, 31 de enero de 2013

Gripe en el embarazo


Llevo 3 días griposa y con fiebre de esa que te deja el cuerpo como si te hubieran dado una paliza con bates de béisbol. Las embarazadas no somos inmunes, ni mucho menos, a pillar gripes y catarros y, cuando nos ponemos enfermas, no nos queda más remedio que aguantarnos un poco porque, como ya sabréis, no podemos tomar medicamentos que nos ayuden a pasar el virus.


Por si os sirviera de ayuda os comento lo que tenemos permitido para estos casos y lo que yo he hecho para bajarme la fiebre. Pues bien, indagando por ahí y consultando con algún médico (incluso mi matrona me lo había mencionado) lo único que tiene permitido una embarazada en casos de fiebre es tomar Paracetamol (Gelocatil, Eferalgan…), siendo preferible, me han dicho, el Gelocatil. Eso sí, no es conveniente pasarse con las dosis y nunca tomar más de 500mg cada 8 horas, así que, si no te queda más remedio que recurrir al dopaje, jeje, pues mejor tomar sólo media pastilla que una entera cada 8 horas. De todos modos, siempre antes de tomarlo es mejor consultar con tu ginecólogo o médico de cabecera, para curarnos en salud, nunca mejor dicho.

Como yo no tenía muchas ganas de tomar medicamentos, por si acaso, quise evitar también el Paracetamol, así que aguanté sólo con remedios naturales, básicamente: bebiendo muchos líquidos (sin alcohol, no se os olvide), dándome duchas templadas (frías era mucho para mí en enero) y poniendo trapos húmedos con agua fría y colonia en la frente (en mi caso, colonia de bebés, que es más fresquita y suave). Si ésto lo acompañas de descanso y vitamina C, ya te quedas como nueva, y tu cuerpo solito consigue curarse. 


Parece ser que los remedios caseros han surtido efecto y, después de tres días de no valer para nada, hoy por fin se ha ido la fiebre. Así que la peque y yo estamos súper contentas y hemos decidido que esta mejoría se merece un buen paseo… de tiendas, que es lo que nos pierde. (Sí, reconozco que ahora que sé que es niña ya no puedo dejar de mirar cosinas por ahí, aunque sigo queriendo ser prudente y esperar a comprar, que ¡tiempo hay más que de sobra!!) Pero mirar, miramos, ¡vaya que si miramos!

Por último, debemos saber que si la fiebre persiste pasados varios días, debemos ir al médico sí o sí, no vaya a ser que no se trate de una simple gripe... 

Y vosotras, ¡cómo os las apañabais si os poníais enfermas? 


Hasta el próximo post!!

martes, 29 de enero de 2013

¡¡¡Es una niña!!!


Al menos eso es lo que cree la ginecóloga que nos hizo la última eco. Dice que no lo asegura 100% y que esperemos a confirmarlo, pero que a ella le parecía una niña.


 La verdad es que, a pesar de no ser absolutamente seguro, estamos bastante convencidos de que será niña porque si no la buena mujer no se habría aventurado a decirlo y porque creemos que si fuera niño lo habría visto más claro (o hay o no hay), y la pobre estuvo un rato largo intentando buscar y no encontró nada. Pero bueno como dice que a veces puede desarrollar la “churrina” más tarde, pues vamos a contar con esa posibilidad.

Pero, además de la opinión de la ginecóloga, hay otras señales inequívocas de que voy a tener una muñequina para jugar y ponerle vestidinos (que los chicos están más limitaos para esto, todo hay que decirlo):


La primera: la gente que te dice que tienes cara de que sea niña. No sé muy bien cómo lo hacen pero lo dicen con tal seguridad que tiene que ser cierto. Al parecer es porque estás más guapa si es niña, así que acierten o no, es de agradecer que te miren con buenos ojos en estos momentos en los que una está muy sensible con el tema.

La segunda: Nati, la directora de mi grupo de baile, me hizo una prueba que me da a mí que debe ser de origen ancestral. Yo jamás la había oído y consiste en pedir a la futura mami que enseñe las manos: si las enseñas con la palma hacia arriba, es que va a ser niño, porque enseña los callos de trabajar (damos por hecho que no es un vago), y si las enseña con la palma hacia abajo, es niña porque enseñas las joyas (súper bien: es niña y rica). A mí esta prueba no me convence mucho por lo sexista, jaja, pero el caso es que salió niña y vamos a quedarnos sólo con eso, que es lo que nos interesa.

La tercera, fue un amigo de Miguel que me predijo, mediante una técnica que él suele utilizar en estos casos, que sería niño. Pero me aclaró que nunca acierta, así que nuevamente la conclusión es que será niña.

La cuarta, lo dice el calendario chino del embarazo, que yo hasta ayer mismo no sabía que existía. Resulta que los chinos con tu edad lunar y el mes de concepción, saben si será niño o niña. Base científica: ninguna, desde luego, --sobre todo porque tienen en cuenta la edad de la madre, cuando el sexo, de toda la vida de Dios, lo marca el padre--, pero bueno, el caso es que dicen que tiene un porcentaje de acierto sorprendentemente alto, para la chorrada aleatoria que parece en un principio. Pues bien, según el calendario chino,  yo no tengo 29, tengo 31 (que mal me caen los chinos, la virgen) y como concebí en octubre, pues va a ser niña. El caso es que es probable que acierten los chinorris. Y si miro, por probar, con mis 29 años reales, también me sale niña.


La quinta, es que existe también un calendario Maya que predice el sexo del bebé. El suyo también tiene en cuenta la edad (real) de la madre y el mes de concepción. Para los Mayas será niño, así que, teniendo en cuenta la fiabilidad de las predicciones Mayas, de sobra conocida por todos, nuevamente se concluye que es una niña.


Y por último, será niña seguro, porque yo llevo desde la primera eco diciéndole a todo el mundo que estoy convencida de que es un niño, y como nunca acierto, ni con instinto maternal mediante ni ná, pues eso: viene una niña!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! (Una nena, que dice el padre.)

En fin, que ahora estamos seguros de que es una princesina lo que nacerá en julio, pero si por un casual aparece la churrina, pues nada, ya os doy otra vez la noticia con ilusión y os cuento todas las maravillas de que sea niño, jaja…

Un besín!!

sábado, 26 de enero de 2013

Los efectos secundarios

Se supone que todas las embarazadas están guapísimas y  radiantes, que el embarazo sienta genial a las mujeres y es el estado que más favorece. Eso dicen... Y un huevo de paloma mensajera!!
Yo, que sigo con mi tarea de informarme todo lo que puedo sobre los embarazos (leo y visualizo todo lo que cae en mis manos relacionado con el tema), me he sorprendido al conocer toooooodos los posibles efectos adversos que tiene, o puede tener, el embarazo en la mujer. No tiene gracia, en serio. Es peor que leer los efectos secundarios del Ibuprofeno. Para que os hagáis una idea:
- Nauseas y vómitos: este efecto es de los más comunes, aunque por suerte yo no tuve ni una mísera arcadilla.
- Sueño: de éste ya os hablé aquí.
- Olores: De repente tu pituitaria te juega malas pasadas y sientes olores muy fuertes, que nunca antes habías percibido y son, por decirlo suave, desagradables. O, puede ocurrir que, incluso olores que antes te encantaban, como tu propio perfume o tu comida favorita, ahora te parezcan un castigo.
- Hipersensibilidad: Tienes las hormonas desatadas y las cosas te afectan más. Yo puedo llorar hasta con anuncios de detergente. Y también tengo menos paciencia con las chorradas. El otro día coincidí en la piscina con la hora de un cursillo de mujeres en el que primero las tienen en la piscina más pequeña, la de aquérobic (unos 15x15 m), en la que hacen pie, para coger confianza y hacer ejercicios con flotadores y tablas, y después las pasan a la piscina grande en la que ocupan la mitad de la piscina. Como ya no quedaba sitio para nadar en los 3 carriles que nos dejaron para los demás, con el tráfico de hora punta que ello provoca, me metí en la piscina más pequeña en la que quedaba una, UNA, de las chicas del cursillo. Situación: Yo, en mi esquina portándome súper bien y nadando tranquilamente sin molestar. Ella, en diagonal, en la otra esquina, a 15 metros de mí, observándome con insistecia. Y cuando estaba yo tan contenta nadando: dando a los pieses y brazo izquierdo, brazo derecho, cabeza fuera, respira, cabeza dentro, brazo izquierdo, brazo derecho, cabeza fuera, respi... aparición extraña con gorro de piscina (con el pavor que el gorro provoca de por sí), susto, frenada en seco, traga agua, empapízate y teme por tu vida mientras la aparición te pregunta: "Perdona, ¡tú eres del cursillo?" "No." "Pues no puedes estar aquí porque en esta piscina estamos las del cursillo." "No, las del cursillo están en la piscina grande, por eso vine a ésta." "Pero es que yo también soy del cursillo y sigo aquí." "Ya, pero es que yo no tengo la culpa de que no puedas seguir el ritmo de la clase, y pagar el cursillo no te da derecho a piscina para ti sola. Es que no te bastan los 14 metros de piscina que quedan, si yo ocupo uno por Dios!!!" Total. Yo una bruja hormonada y ella una petarda (os prometo que la vi levantar la mano para chivarse al profe...). Por supuesto, seguí nadando un rato mientras me imaginaba mil y una aguadillas a la dueña y señora de la pisci. Al final me tuve que ir porque me daba la risa (acariciándome la barriga, claro, no fuera a ser...).
- Gases: Lo de los gases es horrible, porque  al final del día te sientes como un zeppelín, porque resulta que el sitio que va ocupando el niño, se lo quita a los intestinos y el estómago, con lo que las digestiones son más pesadas.
- Ardor de estómago: Yo de esto todavía no tengo, pero dicen que cuando la barriga ya es importante y el bebé ocupa mucho sitio dentro del cuerpo, pues da ardor de estómago hasta el agua.
- Acné: Sí, amigos, las hormonas pueden provocar un retorno a lo peor de la adolescencia.
- Manchas en la piel: Nuevamente las hormonas pueden hacer que se te pigmente la piel con mayor intensidad en determinadas zonas, especialmente en la cara que es dónde más te da el sol.
- Retención de líquidos: Muchas embarazadas sufren esto, sobre todo al final del embarazo, y van por la vida con las piernas como botijos.
- Estrías: De las que ya os hablé en el post anterior.
- Sudoración: También dicen que las hormonas (en serio, qué pasa con ellas) pueden hacer que se sude más.
- Dolor de espalda: Para compensar el peso de la tripa, la columna se arquea hacia atrás y puede doler.
Y ya no sigo porque me están dando mareos de pensar que, con la suerte que tengo, me pillará todo, jaja. No es que quiera yo criticar pero la verdad es que visto así, parece que la madre naturaleza se dejó algún cabo suelto con esto de la reproducción.
En fin, que no me hagáis caso, que son las hormonas (qué guapo ye poder echarles la culpa de todo) y que me encanta estar embarazada y llevar a mi pequeñ@ gimnasta ahí, porque os diré que ayer la ginecóloga nos dejó verlo un ratín y os juro que ¡le vi hacer hasta el pinopuente!!! Saltos, volteretas, rebotes contra las paredes... ¡menuda actividad tiene ahí dentro!! Y la sonrisa de tonto que se te queda mirándolo... No hay efecto secundario que valga contra eso :)
Hasta el próximo post!!

miércoles, 23 de enero de 2013

Estrías en el embarazo


Aparte del ejercicio, del que ya os hablé en este post, y de la alimentación sana y equilibrada, las futuras madres tenemos que dedicar también especial atención a los cuidados de la piel para evitar las temidas estrías.

Con el embarazo, la piel se estira --especialmente en la tripa, las caderas y el pecho-- y, a pesar de que es elástica para adaptarse a esos cambios, si se coge peso demasiado rápido o la elasticidad de nuestra piel no es suficiente, es habitual que ésta se “rompa” formando pequeñas líneas o grietas que luego son muy difíciles (o imposibles) de quitar. Esas pequeñas grietas, de color rojizo primero y blancas después, son lo que conocemos por estrías.


Para evitar, o al menos prevenir, que nos salgan debemos tener permanentemente nutrida e hidratada la piel de forma que aumente su elasticidad y soporte mejor los cambios hormonales, de peso y volumen que experimenta nuestro cuerpo en este estado. Para ello, hay que beber mucho agua y utilizar cremas y aceites súper hidratantes.
Yo, que soy así de previsora, por si acaso, ya me estoy embadurnando de cremas desde que confirmé que estaba embarazada.

Todavía no tengo mucha tripa, vamos que tengo poquísima, jaja, así que no sé si las medidas preventivas que estoy utilizando servirán de algo (ya os contaré los resultados al final), pero indagando por ahí,  y adaptando las opciones que existen a mi bolsillo, os cuento lo que yo utilizo por si a alguna otra futura mamá le sirve de algo. Por supuesto que hay cremas más caras que las que os voy a mostrar y también con mucha fama, pero he oído hablar igual de bien y con los mismos resultados de éstas, así que yo creo que voy servida. (Voy a hacer publicidad así gratuitamente pero no se me ocurre mejor forma de contarlo.)


-          Aceite de almendras dulces de Deliplús  (Bendito Mercadona!!!)


Este aceite aparece recomendado y requeterecomendado en millones de foros para todo, prevenir estrías,  para después del sol, para hidratar las puntas del pelo, para las pestañas y las cutículas, para restaurar muebles (esto es broma, no os pongáis a echarlo al aparador del salón, que yo me invento las cosas, jaja)… en serio, debe ser como un elixir de la eterna juventud y por 2 míseros euros o así!! Como el bote ocupa poco, este es el que me llevo a la piscina para echarme después de la ducha.


-          Crema Nivea de la lata azul (de toda la vida de Dios)


Esta mítica crema de Nivea también es súper barata (ya veis que no estoy gastando mucho) y es súper hidratante. Esta me la echo en casa porque tiene la textura y untuosidad del yeso y lleva su tiempo esparcirla, así que hay que tener paciencia y un rato largo para echarla. Obviamente por eso no me la llevo a la pisci, porque me cerrarían el vestuario entre que la unto y no. Pero hidratar, hidrata muchísimo y merece la pena. 

Cuando no tengo mucho tiempo para la Nivea, me pongo la mítica crema de Deliplús (bendito Mercadona de nuevo) de Aceite de Oliva porque también hidrata mucho pero es muy ligera y la esparces en un periquete.





-          Aceite antiestrías de ROC maternidad


Este empecé a utilizarlo porque me lo regaló en un pack de cuidados para mamis la hermana de Miguel y la verdad es que me encanta y es mi producto preferido porque al ser aceite se extiende divinamente pero no te deja pringosa como el de Deliplús, y huele genial. Yo este me lo echo por las noches para hidratarme mientras duermo. Además en distintos foros hablan de él maravillas así que no dejaré de utilizarlo en todo el embarazo.

Sé lo que estáis pensando y, sí, entre dormir y echarme cremas se me queda el día en nada, jaja, pero hay que cuidarse y ya veis que no hace falta gastarse un dineral.

Mamis del ciberespacio, ¿vosotras conseguisteis combatir las estrías? ¿Cómo lo hicisteis?

lunes, 21 de enero de 2013

Entrando en el segundo trimestre


Por fin termino el primer trimestre de embarazo, que se supone que es en el que más molestias tienes, y entro en el segundo, que todo el mundo dice que es el mejor porque lo normal es que ya no haya problemas, te encuentres genial y que ya puedas lucir tripita pero sin que ésta moleste. Además ya en este trimestre empiezas a sentir el movimiento del bebé (las famosas pataditas).
En mi caso, lo primero que espero es dejar atrás este sueño que me amodorra, jaja, y poder volver un poco a la normalidad.

Ya empiezo la semana 14, así que entro de lleno es esta segunda etapa, contenta de haber pasado ya un tercio del embarazo. Que por cierto, hablando de semana 14, yo no entendía por qué cuando le preguntabas a una embarazada de cuánto estaba te respondía “de 27 semanas” y pensaba “no puedes decir los meses, mujer!!” mientras hacía el cálculo mental, o con los dedos, jaja, cada uno a su manera. Pues bien, ahora yo también soy de esas: soy una futura mamá y mi tiempo ya se mide en semanas.

Pues bien, con 14 semanas de embarazo, el bebé ya está completamente formado, con todos sus órganos, y sólo le queda a partir de ahora dedicarse a madurar, crecer y engordar  hasta el día del parto. Mide ya unos 10 cm y pesa unos 30 gramos (mi chiquitín!!), así que es más o menos del tamaño de un limón.

También empieza a experimentar con sus manitas y su cara: gesticula, bosteza, se agarra la carita, el cordón umbilical y los pies y ¡se chupa el dedo!! También dicen que por la maduración del diafragma y los pulmones, le dan ataques de hipo… prubitín, tan pequeñín… Ojalá pudiéramos tener una cámara que nos permitiera observarle todo el rato...

 Se supone que ahora el bebé es algo así. No me encanta el dibujo, pero creerme, había opciones mucho peores.

En cuanto a mí, de repente, de un día para otro me ha salido barriguita, todavía muy pequeña, de hecho me siguen abrochando todos mis pantalones, pero ya la redondez es más obvia que las semanas anteriores, y supongo que ahora que ya asoma, será un no parar de crecer. Así que en breves me tocará mirar algo de ropa de premamá, aunque desde ya digo que mi intención es arreglarme con mi ropa y con prendas normales que puedan servirme tanto para el embarazo como después. Ya os iré contando cómo me las arreglo.

Y vosotras, ¿cuándo empezastéis a tener tripilla y necesitar ropa premamá?? 

sábado, 19 de enero de 2013

0'0

Desde que te enteras de que estás embarazada dejas de beber alcohol, porque es lo primero, y en mi caso, prácticamente lo único, que sabes seguro que debes evitar. Las fumadoras, también deben dejar el tabaco, por supuesto, pero como yo no lo soy, pues me centro en lo mío que para eso es mi blog ;)


Tengo que tener cuidado hablando de este tema no vaya a parecer que tengo un problema con la bebida, jaja. No. Pero sí que quiero hacer constar, sin que parezca que hago apología de su consumo (no malinterpretéis; que nos conocemos), que en estos primeros meses de embarazo he llegado a la conclusión de que no hay un sustitutivo bueno del alcohol a la hora de tomar algo por ahí. O al menos, no lo hay para mí.

Y Miguel debe pensar lo mismo, teniendo en cuenta que me preguntó, la primera vez que salimos a tomar algo tras el resultado positivo del test, que si no iba a ser yo una de esas brujas (recalcó la palabra "brujas"), que obligaban al marido o novio a solidarizarse con ellas durante el embarazo y no les dejaban beber. Pobre, se le puso la carita del gato de Schrek:


A lo que yo respondí que no, porque me parece una soberana estupidez: si a él le prohibiera el médico el alcohol de por vida, tampoco yo me solidarizaría con él. Ya habrá tiempo para torturarles con cosas más importantes; jaja...

A lo que vamos: el caso es que yo siempre he comido y cenado con agua en mi casa, y aunque salgamos fuera, también me apetece más comer con agua, así que por ese lado todo correcto. Tampoco tengo problema con el tema de las copas, cócteles o, como dice mi prima, ir a "cacharrear". Principalmente porque, como yo ahora tengo horario infantil y a las 9 de la noche ya estoy dormida en cualquier parte, no llego a tener que enfrentarme a la noche.



El problema está en qué pedir cuando simplemente quedas para unas cañas o unos vinos con los  amigos. Como el mismo nombre indica, no quedas para unos zumos, unas "pesis" o un piscolabis; quedas para unas cañas, unas sidras o unos vinos. Y se dice por algo. Y esto abarca tanto la hora del vermú, como las 8 de la tarde, o, como nos ha pasado a todos más de una y de doce veces, cuando enlazas el vermú con las 8 de la tarde. 

El principal escollo que le veo en este caso es que cuando quedas para unas cañas se dice en plural, no porque tú te tomas una, el otro otra, y el de más allá otra, no. Se dice en plural porque se va a rondas. Y 4 rondas de vinos, de sidrinas o de cervecita tienen sentido, pero 4 rondas de zumo de piña, no tienen sentido y, además, te tienen que inyectar insulina porque se te pone el azúcar por las nubes. 

Debo decir que, viviendo ahora en Pamplona, tenemos un problema añadido y es que no sales sólo de vinos, sales de vinos y pintxos. Y un pintxo de jamón ibérico de bellota con cebolla caramelizada y setas con reducción de Pedro Ximénez acompañado de Trinaranjus... los pelos de punta se me ponen de pensarlo!!


Además tenemos que tener en cuenta que no sólo se nos prohíbe beber alcohol, sino que tampoco nos recomiendan ni la cafeína (Cocacolas fuera), ni el gas (casi todos los refrescos descartados), ni el té (Nestea fuera), ni bebidas con demasiado azúcar (esto elimina todos los zumos de botella y el mosto, que saben a caramelo directamente). Los zumos naturales exprimidos los elimino yo porque te los cobran como si el camarero hubiera ido personalmente a Valencia, hubiera seleccionado las 3 mejores naranjas para ti, hubiera vuelto, te las hubiera exprimido y servido tocándote el violín, y todo en 10 minutos. Entonces, ¿qué nos queda? Pues sí, sólo el agua. Yo ya ni me lo pienso, pido agua directamente y tan fresca e hidratada que me quedo. Bueno, y la leche, pero esa me la tomo en casa, que si todos piden un vino de Cangas (en Cangas) y tú un vaso de leche, el camarero puede tomarlo como un insulto y no dejarte volver a su bar (ya bastante mal te miran cuando pides agua!!).

Por cierto, que no se me olvide decir que sí, que lo intenté con la cerveza 0'0 (tiene que ser 0'0 porque la SIN lleva alcohol, menos del 1%, pero lleva) porque incluso lo recomiendan y dicen que la cebada es buena para el embarazo, pero vamos, quitando alguna que se libra, sobre todo si tienen cañero de 0'0 en el bar, lo normal es que no sean agradables de beber. Y de todas formas, tenemos el problema del gas, que a las embarazadas nos sienta peor (un día llamé a mi hermana emocionada para decirle que ya tenía barriga y resultó que eran gases de la 0'0, tuve que rectificar al día siguiente, qué pena, jaja).


De todos modos, mi mayor problema vendrá cuando llegué el buen tiempo y las ganas de sidra fresquina, las fiestas de prao... ahí sí que sí vamos a tener más que palabras la matrona y yo. Aunque como dice que un culín de vez en cuando no hace daño, pues yo me los estoy reservando para, en mayo-junio, tomármelos todos juntos. Tendré que explicarle a la buena mujer que este bebé es hij@ de su madre y pide sidra!!



En fin, que no es fácil alternar con el embarazo así que desde aquí hago un llamamiento a las embarazadas y abstemios del mundo para que me ofrezcan alternativas. Gracias.


PD. Para compensar, debo decir que la matrona me dio una alegría el otro día y es que resulta que soy inmune a la toxoplasmosis!!!! Bien!! Eso quiere decir que puedo comer jamón (ñam), embutidos y la carne sin pasar modo suela de zapato. 

Nos vemos en el próximo post!!



jueves, 17 de enero de 2013

Ejercicio durante el embarazo


Desde que supe que estaba embarazada me preocupó mucho el tema de coger demasiados kilos, porque entre mi facilidad para ello y el miedo que te meten cuando escuchas casos de embarazadas que durante la gestación pueden llegar a coger hasta 30 kilos (30???), quedaba claro que había que intentar ser un poco constante y ¡mover el culo!!

Informándome sobre ello he aprendido que el deporte está recomendado, siempre que no sea peligroso y la intensidad no perjudique a tu salud ni la del feto. Vamos, que si nunca hiciste ejercicio, no es el mejor momento para pegarte palizones en el gimnasio porque el propio embarazo ya aumenta el ritmo cardiovascular y puede ser contraproducente. Pero, realizado con moderación y de forma controlada, resulta beneficioso para mejorar la condición aeróbica y muscular de la mujer embarazada, lo cual facilita el parto y disminuye la necesidad de intervenciones médicas, disminuye los signos de insuficiencia cardiaca fetal y facilita la recuperación física (y emocional) tras el parto. Por el lado contrario, como punto negativo, se asocia el ejercicio durante el embarazo a la disminución del peso del bebé al nacer en unos 300 gramos. Pero oye, 300 gramos él, 10 kilos yo, a mí me parece justo :D.


Hay deportes que no se aconsejan en esta etapa, y son todos aquellos en los que corres riesgo de golpearte o caerte (yo corro ese riesgo hasta en reposo, pero ese es otro tema…). Se desaconsejan especialmente el submarinismo, el surf, el esquí acuático, snowboarding, la escalada, el ciclismo, montar a caballo, y mi prohibición preferida: esquiar cuesta abajo. Sí, amig@s, cuesta arriba sí se puede esquiar estando embarazada (en circunstancias normales es imposible, pero si estás esperando un bebé, puedes; es así).




Entre las actividades más recomendadas para las embarazadas se encuentran: caminar (una hora al día, lo cual requiere tiempo, y si trabajas mañana y tarde se complica), la natación y el yoga para embarazadas.




Yo vi esa foto, sentí dolor y me decanté por la natación porque creo que es lo más cómodo y práctico ya que, al no pesar tu cuerpo en el agua, la probabilidad de abandonar cuando tengas el barrigón es menor.




 Nadar está muy bien porque mejoras mucho en poco tiempo y eso motiva, no te enteras de si sudas o no, sales relajadísimo después de chapuzón y ducha, y, además, en invierno se agradece lo del agua calentita. Peeeeero, como pega yo le pondría que con el bañador no puedes disimular nada y claro, voy yo, que todavía no tengo tripa de embarazada, pero ya tengo un abultamiento fácilmente confundible con una barriga cervecera cualquiera, y para que no haya confusiones posibles voy acariciándome la barriguilla, cual adivino con su bola de cristal, desde que salgo del vestuario hasta que me meto en el agua, y lo mismo para la vuelta. Es más, al principio hasta nadaba acariciándome la barriga, para que no quedara ninguna duda de que no es que me hubiera pasado con los polvorones y el turrón de Suchard, pero tuve que dejarlo: primero, porque nadando solo con un brazo apenas avanzaba; y segundo, porque el socorrista no dejaba de lanzarme el flotador pensando que me estaba dando algo… 




A pesar de ello, estoy contenta con la experiencia de la piscina y me estoy portando muy bien… ¡a ver si no se me pasa! 

Hasta el próximo post!!

martes, 15 de enero de 2013

Zzzzzzzzzzzzzzz...


Los tres primeros meses de cualquier embarazo dicen que son los peores en cuanto a efectos secundarios o síntomas. En mi caso, debo decir que no he tenido casi ninguno: ni naúseas, ni vómitos, ni olores o comidas que me den asco, ni mucha más hambre… vamos, que Miguel me preguntaba todos los días “tú estás segura de que estás embarazada??”, a lo que yo me encogía de hombros y respondía “no sé, eso dice el médico”.

Lo único que he tenido, y en abundancia, ha sido sueño, pero no un sueño de “ay, que sueñín más rico me está entrado”. No. Un sueñísimo de “por Dios que alguien me lleve a casa y me meta en la cama a dormir las próximas 35 horas pero ya!!!”. Horrible. Yo antes tenía una vida social, podía hablar, seguir el hilo de una conversación, tomar algo tranquilamente… pero ya no. Ahora voy a tomar algo y mientras los demás hablan y se ríen yo pienso en esto:






Y no hay nada que hacer. El día de Nochevieja tuve que echarme una siesta pre y otra post-uvas, para estar semiconsciente la entrada de año. Pero es que es un sueño irresistible, como una droga: ¡soy una yonki de la mantina y el sofá! Pero en fin, dicen que el sueño se pasa a partir del cuarto mes, así que ya me queda poco para salir del coma... ¡bien!!


 Aparte del sueño, debo reconocer que he tenido otro síntoma y es el aumento del pecho (increíble!!!!). Sospeché que estaba embarazada antes de hacer el test porque de un día para otro allí había una talla más, anhelada durante años, sin que hubieran crecido otras partes del cuerpo, y todas sabemos que ese milagro no existe, estaba claro que ahí pasaba algo raro, jaja… y efectivamente, así era. ¡No hay pruebas de embarazo que valgan ante semejante evidencia!


Me despido por hoy, no sin antes confesar que he escrito el post en dos veces, porque tuve que echar un pigacín entre párrafo y párrafo… ;P


domingo, 13 de enero de 2013

La eco de las 12 semanas


Este viernes. ¡por fin hemos podido ver al bebé! Después de esperar más de hora y media (era el retraso que llevaban en maternidad), nos llamaron para entrar a la sala en la que nos esperaba el ginecólogo que haría nuestra primera ecografía. Allí, ya sabéis, te tumbas en la camilla, te entafarran la tripa con el ungüento ese que no sé qué es, te enchufan el aparato y… el milagro: después de dos meses sabiendo que hay una personita creciendo dentro de ti, miras a una pantalla y se hace real, ahí está, tiene forma, bracinos, piernas, maninas y pies, un cabezón enooorme (es así…) y un cuerpecito que se mueve. Y entonces te das cuenta de la cara de idiota que se te queda mirando y de que tienes que aguantar la lagrimina porque es tuyo y es diminuto pero ya tiene todos los complementos y se mueve… se mueve mucho!! Parece increíble que el bebé tenga esa actividad ahí dentro y tú todavía no sientas nada, pero lo dicho, es muy chiquitín (más o menos del tamaño de una tarjeta de crédito) y le hará falta crecer todavía un poco para hacerse notar.



También te dejan escuchar el latido del corazón de tu pequeñ@, y es una pasada… Les va a mil por hora, que parece que te viene ya con taquicardias o que está ahí dentro en plena clase a aquaeróbic, jaja, pero es una maravilla escucharlo y comprobar que tiene esa energía!!

Por cierto, debo decir que es muy de agradecer que el aparato ese atine tanto porque oye, nada más ponértelo en la barriga, ahí lo tienes, primer plano del cachorrín, nada de andar buscando, ni tener que ver intestinos ni páncreas ni cosas fea de por ahí, jaja…

Aclaro que esta ecografía no es la nuestra, porque como el nuestro ya salió al padre y en el momento que le sacaron la foto se escondió y se tapó la cara con el brazo (todos sabemos que si saliera a mí, habría posado sonriendo para la foto –dientes, dientes, jaja--), entonces os pongo esta que encontré en internet de un niñ@ más fotogénic@, para qué sepáis lo que se ve en la eco de las 12 semanas (3 meses aprox.).

Una vez que ya lo tienes en pantalla, el médico hace recuento de partes del cuerpo para que veas que no falta ninguna y le mide el pliegue nucal (lo que ellos llaman el test de traslucencia nucal), para comprobar si puede tener alguna malformación. Si la medida  es superior a 3mm, hay más posibilidades de que el bebé tenga Síndrome de Down. El nuestro: 1,7 mm. Vamos, que tiene el pliegue precioso :P

Después combinan el resultado del test de traslucencia nucal con el Triple Screening, que es una prueba no invasiva realizada a través de una muestra de sangre de la madre que combina tres parámetros: la medida del pliegue que arroja la ecografía y el análisis de dos sustancias producidas por la placenta y el embrión: una proteína y una hormona. Todos esos datos, junto con otros factores, como la edad de la madre o antecedentes familiares, son los que utilizan para calcular de forma precoz el riesgo de tener un bebé con alguna anomalía cromosómica.

La “nota de corte” que utilizan para calcular si el riesgo es alto o bajo se sitúa en 1/270, si tienes menos de una probabilidad por 270 embarazos, el riesgo es mayor, y si tu probabilidad es superior a la probabilidad 1/270 el riesgo se considera bajo. En el primer caso, se recomienda la realización de una amniocentesis, de la que os hablaré en otro post, y en el segundo, no se considera necesario, salvo que el ginecólogo lo recomiende por entender que es mejor salir de dudas en relación a algún parámetro que esté muy ajustado, ya que la amniocentesis ya arroja un diagnóstico 99% fiable. Aunque, en cualquier caso, siempre es una elección de los padres el someterse a ella o no.


Y hasta aquí la clase de hoy, jaja, sólo decir que el sexo no fue posible conocerlo todavía, pero a mí me daba la sensación todo el tiempo, mirando a la pantalla, de que era un niño (no me preguntéis por qué) y el padre tuvo la misma impresión. Pero como todo el mundo me dice que va a ser niña y yo nunca acierto, ni aun siendo la madre, y Miguel, vete a saber, jaja, seguramente sea niña.

Hasta el próximo post!!

miércoles, 9 de enero de 2013

¡Estoy embarazada!

Cuando te quedas embarazada, todo el mundo dice que debes esperar a pasar los primeros meses, al menos el primer trimestre, para contar a tus familiares, amigos y conocidos varios que estás esperando un bebé. Tarea no del todo fácil porque, desde que ves la rayita rosa en tu test de embarazo, te mueres de ganas de gritar a los cuatro vientos que vas a ser mamá (gritar de ilusión y alegría o de puro terror, pero gritarlo al fin y al cabo). 



Yo reconozco que no me callo nada y que me queman las nuevas noticias en la boca (y los cotilleos, no os voy a engañar), así que bastante hice con aguantar una semana entera sin decírselo a nadie que no fuera el padre de la criatura. ¡Una semana!!!!! ¡Con todos sus días, horas, minutos, segundos y nanosegundos interminabes! Una angustia. Para evitar la tentación, a mis padres y mi hermana no les cogía ni el teléfono para no soltarlo antes de verles en persona. Pero llegada la sexta semana ya no resistí más y lo empecé a contar a familia y amigos más cercanos, y ahí descubrí de dónde me viene lo mío, cuando mi madre cogió la agenda del móvil de la A a la Z y llamó a todos y cada uno de sus contactos para decirles que iba a ser abuela. Se enteraron hasta los del 112.



El caso es que hoy, que cumplimos 12 semanas de embarazo, me he decidido a contarlo públicamente, no sólo en el Facebook y Twitter (ya sabéis, si no lo cuentas ahí, no existe), sino que me apetece compartir mi experiencia a lo grande, que la ocasión lo merece, con toda la blogosfera (y más allá, jaja). Sí, ya sé, otro blog de futura mamá primeriza pesadisísisisisísima con el "yo, mi barriga, yo, mi niño, mi niño, yo, mi niño,... ah sí, y el padre", jaja, pero qué queréis que os diga, entre el susto, la alegría, las hormonas, los cambios, el "este cuerpo no es el mío" y el "madre, madre, madre, dónde nos hemos metido", apetece compartirlo y plasmar las dudas, experiencias e inexperiencias de una y ver qué te cuentan otras mamis, futuribles o presentes. Así que aquí me presento con mi Diario de una mamá primeriza, y empezamos... con dos patucos!!!